Una de las costumbres más arraigadas la noche de Halloween entre los niños (y mayores) es disfrazarse. Las pandillas de niños van por la calle con sus calabazas, llaman a las puertas y cuando el visitado abre la puerta, lanzan el grito “trick or treat, trick or treat”. La tradición exige que el inquilino de la casa ceda a este chantaje, regalando a los niños todo tipo de dulces y golosinas, haciendo trato (treat) con ellos. De no obrar de esta manera, el vecino se expone a las temibles travesuras (tricks) de los niños disfrazados de esqueletos, zombies, vampiros, momias o brujas.